De mi libro ¨Métodos Intemporales¨ (En desarrollo)
Hoy quiero compartir con todos vosotros una experiencia maravillosa que me ocurrio hace algún tiempo, y que permanecera anclada en mi memoria y en mi corazón para siempre. Solia muy a menudo deternerme con mi vehiculo, cuando iba camino de mi antiguo trabajo aprovechando el itinerario más natural, lejos de las poblaciones y sus cinturones industriales, lo hacia para hacer fotografias a la naturaleza, o simplemente para quedarme un rato sentado observando, escuchando y contemplandola en silencio, naturaleza a la cual admiro, respeto y amo profundamente. Para mí esos momentos fueron una verdadera meditación, una gran fuente de inspiración que elevavan mi espirítu y me llenaban de un gozo profundo.
En Aquella tarde calurosa de finales de Agosto, me llamo la atención el campo de trigo, alto espigado y dorado por el Sol, meciendose a capricho por el viento con un movimiento semejante a las olas del mar, me quede fascinado, absorto por tan bello, grandioso e incomparable espectaculo. Fué en ese mismo instante cuando ocurrio, de repente me vi volando dentro del campo de trigo, sin sobrepasarlo, justo a la altura cuando el tallo se espiga en todo su esplendor, con la sensación magica de estar flotando, volando, sentia y veia como este se iba apartando rapidamente ante mi paso, abriendose justo delante de mi, casi rozando mi cara, aunque en ningún momento tuve la sensación de que mi cuerpo estuviera implicado en la experiencia, sin embargo todo mi ser, mi espiritu, mi alma, mi conciencia lo experimentarón de una forma nueva, mágica, increible, y como si se tratara de un campo energetico, oia un chasquear, un chisporrotear nitido y claro, parecido al crujir de la paja y el trigo seco, como el sonido que producen las hojas caidas al pisar del bello otoño.
No estoy seguro si fueron unos instantes o toda una eternidad, de lo que estoy seguro es de la felicidad inmensa que invadio todo mi ser, y que aún perdura grabada y anclada profundamente en mi memoria, en mi conciencia y en mi corazón.
Me hizo comprender la experiencia, que al igual que en el relato de Marlo Morgan, ¨Las Voces del Desierto¨ todos estamos conectados desde nuestra profunda naturaleza, de corazón a corazón y en una conciencia universal de una manera holistica e inseparable, todos somos uno...
Un dia te das cuenta al mirar la flor, que tu y ella habeis desaparecido, que ya no sois dos entes ocupando dos espacios en un mismo lugar, ya no existe la dualidad, el condicionamiento, la fragmentación.
No te sorprendas, os habeis convertido en la misma forma que siente y respira la misma fragancia.
Porque verdaderamente siermpre ha sido así.
Todos formamos parte del todo, hablamos el mismo lenguaje del amor y los sentimientos, respiramos el mismo aire, bebemos de la misa agua viva, habitamos y nos alimentamos de la misma tierra abundante y generosa, siempre ha sido así.
Tenemos el gran privilegio y la maravillosa oportunidad de vivir llenos de gozo y comprensión, la gran invitación a vivir una vida plena y de sentido para entre todos, hacer de este mundo un lugar digno donde vivir, el paraiso está en la tierra, aquí y ahora...
En la salida o en la puesta de Sol, propongo unirnos en un sentimiento, una sola voz callada, un pensamiento que solo puede nacer del corazón;
Paz, Amor y Prosperidad para todos los seres que habitamos la tierra... y muy especialmente para los más necesitados... lo siento, te amo... perdoname, lo siento... te amo.
Un abrazo y Luz para el Camino
Un abrazo y Luz para el Camino
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