Nos pasamos la vida haciéndonos preguntas, intentando encontrar una señal, un significado, una respuesta, algo en definitiva que aporte un mayor grado de estabilidad a nuestras vidas, que nos dé sentido y visión, que nos haga comprender y nos ayude a ser comprendidos, un nuevo mapa o guía, para encontrarnos y encontrar un lugar en el mundo en que vivimos más acorde a nuestra preciada, olvidada e infrautilizada naturaleza.
Como en otro tiempo ya lo hiciera con gran sabiduría y conocimientos inusuales William Shakespeare, a mediados del siglo XV, cuando hizo una profunda reflexión dentro del contenido del guión que había escrito para su obra magistral; Hamlet, donde hace un profundo análisis, estudia y observa la feria de banalidades del ser humano, cuestionando la falta de sí mismo y de su realidad esencial, y de temas tan vigentes en la actualidad como; la corrupción, la amistad, la traición, el odio, el amor, y el sentimiento de venganza, donde todos estos temas se van desarrollando de manera única e incomparable. Hamlet está comprendiendo que lo externo, es solo la envoltura de todo un mundo interior que le proporciona incertidumbre.
La pregunta en cuestión, la que se ha hecho más popular a lo largo de este más de medio siglo, parece sencilla y para muchos y así lo testifican lo es, engañados en lo superfluo, buceando en la superficie. Pero entonces te miran mal y te llaman loco o raro cuando planteas y deseas vivir plenamente en la verdad potencial y sabiduría que encierra, cuando te muestras a los demás desde la sinceridad, desde la sencillez y la franqueza, desde el centro del ser, sin maquillajes ni envolturas, sin frases estudiadas y elaboradas, cuidadosamente expresadas desde juicios, prejuicios y espejos sociales. Cuando quieres compartir con los demás, la ilusión y el entusiasmo, el verdadero amor fraterno y el profundo gozo que emana a borbotones del alma del corazón, que se experimenta y expresa, cuando dejas de estar profundamente condicionado por lo exterior, para vivir plenamente y en libertad, cuando dejas de tener el listón puesto o impuesto justo a la altura de las narices, casi sin dejarte respirar. Es entonces cuando te dicen que no tienes humildad, que alguien te va a parar un día los pies, que eso no se puede hacer, que es muy difícil o imposible, que te vas a volver loco, que es peligroso, en una dicotomía de juicios incongruentes, banales y sin sentido, haciendo todo un despliegue a campo abierto de las incapacidades del otro para ver e ir más allá, de su pobre y vaga visión del mundo que le rodea.
Que deliciosa locura, el vivir en independencia de la propia voluntad, dejando de ser manejado como una marioneta por los hilos del ego, o por las voluntades o caprichos del ego de otros, en ser verdaderamente feliz, en decir lo que piensas con respuestas cargadas de razón, de sentido común, sin tenerlas que pensar, naciendo desde el centro de lo que uno es, desde la verdad esencial sin mascaras, sin tener que fingir. Porque vivir, no son todo supuestos inconvenientes, ni tan siquiera, enormes montañas de dificultades que están basados en el discurso central de las vidas de una gran mayoría, condicionados terriblemente por todo un mundo exterior que es lo único que a duras penas han conocido, y muchos, lo único que dramáticamente conocerán.
Los hombres son tan olvidadizos y descuidados de lo que ocurre a su alrededor en sus momentos de vigilia como cuando están dormidos.
Tontos, aunque oyen son como los sordos.
A ellos se les aplica el adagio de que cuando están presentes están ausentes.
Uno no debería actuar ni hablar como si estuviera dormido.
Los despiertos tienen un mundo en común;
Los durmientes tienen un mundo privado cada uno.
Lo que vemos cuando estamos despiertos es la muerte;
cuando estamos dormidos, vemos sueños.
Heráclito
Algunas de las personas con las que compartes algo en tu vida, de primeras piensan que hay algo en ti que no funciona bien, que eres raro, pero después no les queda más remedio admitir que estaban confundidos, pues ven una y otra vez la prueba de que hay coherencia, sentido común, valor, decisión, voluntad y fortaleza, lejos de la dualidad y la fragmentación del individuo contemporáneo, porque el que está despierto y consciente, está viendo, más allá de lo que aparentamos, lo que verdaderamente somos y nos une, porque cuando el pensamiento irreflexivo, atropellado y compulsivo cesa, el que lo experimenta y expresa comienza una vida plena y de sentido.
Cuando tratas a los demás con respeto, y a su vez, exiges el mismo respeto con determinación, pero no con arrogancia y prepotencia, si no con humildad y honestidad, son incapaces de negártelo, simplemente no se atreven o simplimente no pueden.
Es como querer negar, como algunos inconscientemente así defienden desde sus postulados cegados e irreflexivos, que la capacidad de desarrollo y aprendizaje de un niño, antes del nacimiento, en sus primeras etapas de vida, en los primeros años de formación, no tienen una importancia y unas connotaciones vitales para su normal desarrollo sano y equilibrado, entendido este en su más amplio sentido, porque emergerán en las bases de la estructura de su personalidad, y estarán en estos primeros años de vida tan importantes, construyendo los cimientos y pilares de su autoestima. Podremos ser testigos del desarrollo de un niño sano, autoconsciente, fuerte desde su naturaleza y emocionalmente equilibrado, dándole el suficiente espacio para que se potencie en sus habilidades únicas, que irán emergiendo y forjando su personalidad y su carácter, fraguándose en la genialidad de un ser consciente y despierto, sin condicionamientos forzados o que se puedan evitar por lo absurdo de sus contenidos, que no harán más que apagar la brillante luz que irradian a todas partes, estos niños que son, la sal de la tierra y la verdadera luz mundo, atenuando y apagando poco a poco una vida genial y fascinante, tan vital, importante y necesarios para el resto de la humanidad. Ayudándoles a comprender y a diferenciar entre conductas y valores, desarrollándose estos de una manera natural desde su interior. Dejando libremente fluir, sin interferencias ni condicionamientos, el normal desarrollo de la propia identidad, para que no caigan en la trampa de la división, de la dualidad, de la terrible fragmentación del ser, lacra de nuestra sociedad y de nuestro miserable mundo, que es en lo que nos hemos ido convirtiendo durante miles de años, para llegar a lo que somos hoy, unos desconocidos para nosotros mimos y para los demás. Ayudando a comprender al niño, que entre el estimulo y la respuesta, tiene la capacidad de pensar creativamente y de elegir por el mismo, no de que elijan otros por él. No permitiendo el condicionamiento determinante y devastador inducido por lo exterior, porque se cuidaran muy especialmente, para que no le lleguen masivamente los aspectos esenciales de la manipulación mediática, dirigida sin escrúpulos a captar y manipular las mentes de los más jóvenes. A poner sólidas bases para hacerles sanamente independientes de modas, de religiones, de doctrinas y de quienes las imparten, de vicios, de consumismo compulsivo, de creencias absurdas a través de la publicidad comercial subliminal entre los espacios de programas altamente dañinos y degradantes de televisión, o a la cultura de grupos y grupúsculos que pasan a convertirse en referentes para emular o imitar. Alejándolos, (que no protegiéndolos en exceso e irresponsablemente), de los peligros potenciales de nuestro tiempo, pues hoy en día los niños, están bajo un ataque constante y sumamente peligroso que les lleva directamente al fracaso y a la mediocridad, y para ayudarles, exactamente al contrario de lo que hacemos habitualmente por norma general, los padres debemos aprender y desarrollar al máximo la capacidad de escucha sin reservas y volvernos muy observadores, (que no vigilantes), para comprenderles y de esta manera poder ayudarles de manera eficaz, sin juicio previo, a través de ir obteniendo mayores grados de autoconciencia que nos harán ser dueños de nuestras respuestas, convirtiéndolas en respuestas sanas, inteligentes, prácticas y constructivas. Nos dotaremos de herramientas altamente provechosas, canalizando y filtrando nuestros pensamientos desde el estado de la serenidad y la relajación, para que nuestros pensamientos se conviertan en saludables, siendo positivos y optimistas, que verdaderamente son la naturaleza de todas las cosas en su mejor cara, conseguiremos tener el control y el dominio de nuestra propia mente para que se vuelva evolutiva y creativa, clave indiscutible para una vida de sentido y armonía, pues atraeremos a nuestra vida el éxito y la felicidad para nosotros, para nuestros seres queridos, y estaremos emitiendo una frecuencia positiva para el resto de la humanidad, todo es mente, el universo es mental. Es vital darnos cuenta de la importancia de despegar los ojos de la mente, a nosotros y a nuestros seres queridos, y a todas las personas que puedan en algún momento necesitar nuestra ayuda, de redirigir, reinventar y reasignar de manera continua a lo largo de nuestras vidas, nueva información poderosa y equilibradora, para que el éxito en cada una de las facetas emprendidas se convierta en un modo de vida, y no en la meta. No podemos olvidar que nos convertimos en lo que pensamos… “atraes hacia tu vida lo que mantienes en tu mente”, por el poder de la atracción.
"Haz que tus pensamientos sean positivos buscando en la fuente ilimitada que reside potencialmente en tu interior, y triunfarás en lo que te propongas en la vida, no hay límites para lo que puedas conseguir".
"Fomentemos la confianza como piedra angular, entorno a todos los actos en nuestras vidas, para conseguir primero los objetivos y después las metas".
El autor
Cuidando los detalles esenciales cada día con los más pequeños, para darles una educación basada en el amor incondicional, en el respeto hacia ellos mismos y hacia los demás, siendo los padres y educadores ejemplos en todo momento, fomentando la confianza como piedra angular en sus vidas, para que tras la caída, vuelvan una y otra vez a ponerse en el camino saliendo fortalecidos de la experiencia. En darles una educación basada en valores y en principios dignos y solidarios, en darles la visión de la libertad del individuo como verdadero activo de la sociedad, cuando éste empieza a poner sus talentos y habilidades al servicio de los demás.
Estaremos educando a nuestros hijos desde el sentido común, ayudándoles a crecer con una mente sana y equilibrada, con la enseñanza de una verdadera higiene, no solo del cuerpo físico, sino también mental y de recto pensar, y lo que es más importante con un corazón bondadoso, que no es más que el fruto de mantenerse cuerdos en un mundo de locos, convirtiendonos en seres validos, no solo para nosotros mismos, sino también para los demás.
Aclaremos que no se trata de crear una burbuja de acero y esconderles en su interior, donde los niños ni ven ni oyen las penalidades y banalidades de nuestro mundo, creando a su alrededor y en el centro de sus vidas, la fantasía de un mundo imaginario donde todo es maravilloso, donde nunca pasa nada, ni nada puede pasarles. Sencillamente se trata de escoger la información más enriquecedora para sus vidas, la que les hará ser seres únicos y auténticos, “maestros en el manejo del gobierno autónomo de la sabiduría interior”, donde si existe ese mundo maravilloso colmado de oportunidades, basadas en el amor incondicional, eterno e ilimitado fluyendo y repartiendo su fragancia en todas direcciones, en el verdadero sentido del respeto hacia ellos mismos y hacia los demás, inculcarles la honestidad y la decencia como bases para convivir, desarrollando el ejercicio de la verdad, la decencia y la dignidad por encima de todo y de todos, aunque esté en juego el llamado “progreso de nuestro tiempo", que no es más, que el miserable camino hacia la mediocridad y hacia el relativismo moral, viajando juntos por las autopistas del ego, con ansias de tener y poseer, olvidándonos de lo esencial… ser.
¿Que signifacado puede tener la palabra INTEGRIDAD, si no estás tú en el centro de su esencia, si no forma parte de tí?
Prefiero una gota de sabiduría a una tonelada de riqueza.
Anaxágoras
Un Abrazo Y luz Para el Camino
2 comentarios:
Sergio, bellìsimo lo que has escrito, como bellísimo el nuevo formato de tu blog! Me he quedado extasiada mirándolo!, hay tantas cosas que no sabía por dónde comenzar!
Cuantas verdades dices acerca del hombre y de su mal ego!!
Un abrazo enorme
Mirna
Mirna, siempre es una alegria inmensa recibir tu pensamiento, que por obra de la Luz, es una extensión del mio... y no por obra del Ego.
Gracias por tus palabras.
Otro abrazo furte para tí. Hasta pronto
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